Mulax
Introducción
La tribu de los Mulax es la tribu pacífica del pueblo Maya, su historia se remonta al segundo sol de la cosmogonía maya; habitan los bosques y manantiales, adorando y admirando la naturaleza que les rodea.
Origen
Después de que los primeros pobladores fueran devorados por bestias enormes y renacieran estableciéndose en los volcanes del este, surgió una civilización por medio de la energía de la naturaleza que era más benévola con la vida. Cuenta la leyenda que surgieron de las mismas plantas por la intervención de Ix el mago. Lograron que las cosechas se dieran en abundancia y por un momento todos fueron felices, sin embargo, esa felicidad provocó que se olvidaran de la existencia de los dioses y éstos para probar su lealtad le pidieron ayuda a Ik, dios del viento, y a Kimi, dios de la muerte. Ellos provocaron un gigantesco y monstruoso vendaval que desagarró los cerros y destruyó todo a su paso. Los hombres tuvieron que caminar encorvados, aferrándose a lo que podían y por esta razón se convirtieron en diferentes animales y solo los que éran aún leales a ellos se convirtieron en perros. Los perros sobrevivientes regresaron a su forma original y se refugiaron en un gran bosque al norte, gracias a ellos la tribu de los mulax consiguió subsistir.
Hábitat
Los mulax se dieron cuenta que su vida en los bosques era mucho más tranquila, pudiendo admirar la naturaleza y dejándose llevar por el movimiento del viento que les reconforta cuando no saben qué dirección seguir. Los perros que viven con ellos siempre que salen, regresan a los pocos días con personas de diferentes lugares y los mulax los aceptan sin importarles su pasado o de dónde vienen. Aquellos viajeros en su mayoría son personas perdidas y que necesitan un lugar para comenzar de nuevo, tratando de ayudarlas sin ponerse a pensar en qué mal pudieron haber hecho, sino en el presente y en el ahora.
Viven pacíficamente, conviviendo entre ellos. Su principal actividad es la recolección de semillas y frutos. No tienen enemigos y tampoco les gustan los conflictos, por lo que si los llegasen a atacar o estuvieran en un desacuerdo, tratarían de usar la palabra antes que la espada, ese es su principal atributo. Su momento del día es el atardecer.
Simbología
IK: El viento es su aliado, desde el principio fue gracias al viento que se dieron cuenta de quiénes eran leales a su raza y quiénes no. También es uno de sus guías pues el viento les aconseja qué dirección tomar en su vida, los mulax le dan gracias por permitirles el don de la palabra pues el viento es el símbolo sagrado de la comunicación espiritual y el poder creativo del verbo, su mayor cualidad. Como símbolo de respeto, adornan sus bosques con campanas de viento.
KIMI: Los mulax recuerdan con aceptación y no con temor al Enlazador de Mundos, es él quien se lleva las almas de los mulax cuando les ha llegado su hora, sin embargo ellos lo ven como una transición a otros planos de vida y no como el fin de su existencia. El Enlazador de Mundos también es el hacedor de puentes y enlaces. El animal que lo representa es el búho, pues los sabios dicen que cuando éste animal canta, trae la muerte consigo. Los miembros de la tribu pueden llevar consigo naturaleza muerta con el fin de recordar a KIMI, para no perderle el respeto ni la admiración.
OK: No por nada los dioses escogieron transformarlos en éstos animales, su lealtad es lo que los define y no hay mulax que no viva sin un perro a su lado. Es importante recalcar que ellos no los tratan como mascotas, el lazo que mantienen con los perros es mucho más importante pues no hay animal más fiel que un perro, sólo ellos saben el verdadero significado del amor incondicional y la lealtad. La tribu verde ha aprendido de las características del perro para ser mejores personas cada día con todo lo que les rodea.
IX: Para los mulax es muy importante el símbolo del mago, fue quien los creo en el principio a partir de la energía de la naturaleza y les recuerda que siempre deben vivir el aquí y el ahora, sin preocuparse por el pasado o por el futuro, ellos se ocupan de disfrutar el momento que se les ha dado pues IX es el tiempo sin medida. El vínculo que mantienen con el espíritu del ahora es tan fuerte como el vínculo que mantienen con los seres vivos que los rodean. Los altos miembros de la tribu acostumbran portar bastones en representación del Mago, dichos báculos aumentan su tamaño según el rango de la persona. También visten con colores de la naturaleza, adornandose con plantas y flores, para recordar su origen y vivir en armonía con su entorno.
ETZ’NAB': El símbolo del espejo, refleja la eternidad y permite ver el mundo tal como es en realidad, libre de perspectivas. Por ello les gusta vivir cerca de manantiales, pues los usan como espejos que les permiten realizar un viaje al interior de su alma para saber quiénes son en realidad y en quienes pueden llegar a convertirse. Si al asomarse al espejo ven un reflejo borroso será porque aún no logran definir completamente su personalidad o carecen del carácter necesario para tomar decisiones, en cambio si ven un reflejo claro es porque se han encontrado a ellos mismos.
Costumbres
Todos los mulax se apoyan entre sí para terminar sus tareas diarias, sin embargo, sólo hablan con otro mulax cuando es realmente necesario, pues no les gusta desperdiciar algo tan importante como las palabras, prefieren demostrar lo que piensan o sienten con sus acciones.
• Iniciación: La iniciación se lleva a cabo al atardecer con campanas de viento cuyo sonido adorna el momento y aunque las personas que llegan son aceptadas al momento como parte de la tribu, tienen que pasar por un ritual de iniciación que les ayudará a encontrarse a sí mismos. Éste ritual consiste en varias etapas, comenzando con un momento de meditación y esucha del viento, donde el solicitante podrá explorar su lado espiritual, esta meditación no tiene duración específica, se toma el tiempo que sea necesario, hasta que el cántico se complete. Al terminar la meditación, se acostumbra ensuciarse el rostro con lodo y cenizas como símbolo del pasado al provenir de KIMI y la prueba del enlazar los mundos, renaciendo y volviéndose uno con la naturaleza para después entrar al centro del manantial y limpiarse, como muestra de un nuevo comienzo; al final el solicitante tendrá que poder verse claramente reflejado en el manantial. Al salir de el, los miembros antiguos llevarán a cabo "El Cántico", demostrándole que de ahora en adelante tiene un lugar al cual pertenecer.
• Vendaval: Solo una vez se rompe la paz de los Mulax y eso es en la celebración del vendaval. Una vez al año los Mulax salen de sus bosques al amanecer con sus bastones adornados, agitando las campanas de viento y bailando en círculos y a grandes velocidades, cubren partes de su cuerpo con lodo y cenizas; todo para recordar el gran vendaval que terminó con su era; cuando el sol se pone, regresan a su bosque para limpiarse con agua del manantial, colocar las campanas de viento en clama, y permitirse escuchar nuevamente a la naturaleza. Todo lo hacen como recordatorio de aquel drástico final y el nuevo comienzo de la tribu.
• El cántico: Para los mulax, la fecha de nacimiento no se toma como el día en que alguien nació, sino como el día de la iniciación, pues es cuando esa persona encontró su lugar. Cuando una persona decide ser parte de los mulax, se sienta sola bajo un árbol y se concentra hasta escuchar la canción que el viento trae consigo. Luego de escucharla, regresa con el jefe de su tribu y se la enseña. Es entonces cuando la iniciación debe tomar lugar y al finalizar le cantan la canción del viento, como una forma de invitarlo y darle la bienvenida a la tribu. A medida que esa persona va creciendo y formando lazos dentro de la tribu, cuando se lastima o hace algo de mérito, como forma de honrarlo, la gente de la tribu se reúne a su lado y hacen el cántico. Así mismo, si en algún momento de su vida esa persona comete algún daño importante, lo llaman al centro del manantial y los miembros de la tribu lo rodean cantando y lo acompañan con su reflejo en el agua. Los mulax reconocen que la forma de corregir un comportamiento erróneo no es el castigo, sino el amor y la recuperación de la identidad. Cuando el que hizo el daño reconoce la canción de la tribu, el cántico le hace recordar que en realidad no desea ni necesita hacer nada que dañe a otros. Hay una última ocasión en la que la gente de la tribu canta: cuando KIMI trae la muerte consigo, todos en la tribu cantan por última vez a esa persona para que aquel que los deja los recuerde en cada transición de sus próximas vidas.